Uno
de los mejores escritores en lengua inglesa y un poeta por el uso de sus
imágenes y sus metáforas. Se lo llamó “el poeta de la Ciencia Ficción”, pero él
prefería que lo llamaran “el mago de las palabras”
Desde
niño le fascinó el cine. Admiraba sobretodo a Lon Chaney, por películas como
“El fantasma de la Opera”. Deseaba emular a su actor preferido. “Quería estar
en un escenario pero nunca recordaba mis frases, así que fue mejor
escribirlas.”
De
niño leía las historias de Buck Rogers y otros héroes intergalácticos que
salían publicadas en revistas. Como los demás niños se burlaban de él, por eso,
un día tiró todas las revistas que tenía. Después se sintió tan mal que decidió
no volver a hacer caso a lo que le dijeran y comenzó a coleccionar todo lo que
le gustaba. Ya de mayor tenía en su casa todo tipo de objetos del cine,
peluches, postales, videos y por supuesto revistas y un sin fin de libros que
abarrotaban su estudio. Muchos de esos objetos enviados por sus lectores y
admiradores.
Cuando
de mayor, se burlaban de él en la calle y le gritaban: “Adiós, Buck Rogers” o
“Adiós Flash Gordon”, él los paraba y les decía: “Señora, Señor, ¿no me daría
su teléfono para que yo lo llame?”. Años después cuando el hombre llegó a la
Luna, Bradbury los llamaba sólo para insultarlos –contó más de una vez.
Después
que terminó la secundaria, se puso a vender periódicos en las esquinas y de
noche se iba a la biblioteca a leer. Allí se “graduó”. También allí comenzó a
escribir. Pedía una máquina en la biblioteca de la Universidad de California,
Los Angeles y transcribía todo lo que le venía a la cabeza. ”Me enseñó
Shakespeare, me enseñó Jules Verne, Edgar Allan Poe me dijo que escribiera,
John Carter de Marte y H.G. Wells y el hombre invisible”
“Ese
es el camino a seguir, siempre mirando para arriba, nunca para abajo” – decía.
Pasó
varios años escribiendo y mandando cuentos a distintas revistas y siempre le
devolvían sus trabajos.
Tenía
21 años cuando le pagaron por un cuento, se llamaba “El péndulo”.
Cuando
se casó, su mujer: Maggie, debía mantenerlo pues sólo ganaba 3 dólares a la
semana o menos. En 1950 había duplicado esa cifra.
“El
hombre ilustrado” fue su siguiente libro. También una colección de cuentos, más
fantásticos.
Su
primera novela y quizás el libro más famoso, se lo contó Hitler –decía él
–cuando quemó los libros en Berlin. ”Cuando vi lo que había hecho lo odié
profundamente. Tenía que hacer algo y escribí Farenheit 451” También se puede
ver como un libro contra la censura y una crítica a la “persecución de brujas
llevada en los Estados Unidos por el Senador Mc Carthy, por la misma época.
”Esta
novela fue llevada al cine por el excelente director francés Francois Truffau
en 1967.
Su
autor no quedó cien por ciento conforme pero de todas formas la consideró una
gran película. Cada vez que veía el final, se emocionaba.
Esa
no fue la única vez que tuviera relación con el cine. De hecho, también se hizo
una película con algunos de los cuentos de “El hombre ilustrado” y también 3
películas de 2 horas cada una para la Televisión, sobre cuentos de “Crónicas
Marcianas”, en las que actuaría el famoso actor Rock Hudson.
Además,
fue llamado por el director John Houston para que escribiera el guión de la
película “Moby Dick” del año 1961, con la actuación de Gregory Peck.
Colaboró
con libretos para la serie “Alfred Hitchcock presenta” y también para la
“Dimensión Desconocida”. Años después tendría también su propia serie: “El
teatro de Ray Bradbury” donde adaptaría algunos de sus cuentos.
Entre
ellos: “Las doradas manzanas del Sol” (1953), “El país de Octubre” (1955), “Las
maquinarias de la alegría” (1964), “Después de la medianoche” (terror) (1976),
“Fantasmas de lo nuevo” (1984), “Más rápido que la vista” (1997); todos ellos
libros de cuentos. Y las novelas: “El vino del Estío” (1957), “La Feria de las
tinieblas” (1962), “El árbol de las brujas” (1972), “La muerte es un asunto
solitario” (policial) “Cementerio para lunáticos” (terror) y “Ahmed y las
maquinarias del olvido” (para niños – 1999)
Leer
a Bradbury, aún en traducciones al castellano, es un verdadero placer. Cada
libro es poesía pura. El manejo que logra con las metáforas y la belleza de las
imágenes realmente demuestran su talento.
En
español, casi toda su obra la editó Minotauro. Cuentos como “La sirena” -que
según John Houston olía a Melville y por eso lo llamó para hacer el guión de su
película- ya se han vuelto clásicos. El picnic de un millón de años, La pradera
–donde inventa la Realidad Virtual; El sonido de un trueno, en que se hacen
viajes a la prehistoria para cazar Dinosaurios y al volver a su tiempo la
realidad ha cambiado, son otros de sus cuentos clásicos.
Obtuvo
numerosos premios, entre ellos: una mención al Pulitzer.
Como
si todo esto fuera poco, diseñó el pabellón estadounidense en la Feria Mundial
de Nueva York en 1964 y la Nave Tierra para Epcot Center de Disneyworld.
Siempre
se consideró a sí mismo como un escritor de fantasía. “Sólo escribí un libro de
Ciencia Ficción: Farenheit 451” –decía.
Pero siempre tuvo la vista
puesta en el futuro. “Nunca
he conducido un coche. No me gusta viajar en avión. Pero hace semanas operé un
Rover en Marte”
En
1950 al salir de un restaurante un policía los detuvo porque iban caminando por
Los Angeles. Esa noche escribió un cuento: “El peatón”.
Hizo
un ensayo muy interesante que se llama:
“El Zen en el arte de escribir”. Allí él habla de cómo escribía. “Hay que dejar que el Inconsciente fluya sin
detenerlo”
“Nunca he trabajado por dinero, tampoco
buscaba una carrera. Decidí ser escritor a los 3 años, empecé a escribir a los
12 y he escrito desde entonces para sentirme a gusto.”
“Escribo
por amor y ese es mi único consejo: Ama lo que escribes y escribe lo que amas” “El momento más feliz de mi vida es
levantarme cada mañana y ponerme a escribir”
En
1999, sufrió un derrame cerebral pero continuó escribiendo
En
los últimos años, ya no veía muy bien y tampoco oía, así que una de sus hijas:
Alexandra que vivía en Arizona escribía lo que él le dictaba y ella se los
devolvía por fax para la corrección.
Decía
que quería ser cremado y que enviaran sus cenizas a Marte en una lata de
tomate. No sabemos si eso se cumplió.
Falleció
a los 91 años en su casa de Los Angeles el 7 de junio de 2012. Pero su obra
quedará por siempre, con la admiración de todos los que hemos sido sus
seguidores.
Fue el mas grande y por medio de él crecí adquiriendo una mirada distinta de la realidad. Nunca me interesó su ciencia ficcion. Siempre comenté desde hace más de 30 años que de cf no tiene nada. Su magia es la metáfora de la relidad. Me hizo la cabeza. Un honor y un placer. Recomiendo leer hielo y fuego, unos de sus cuentos cortos. Mbueno tu blog.
ResponderEliminarMe olvidaba, me llamo Gustavo y soy de Montevideo.
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